Acudes a tu puesto de periódicos favorito y te topas de cara con una portada que grita ¡horror! , y sí, no hay mejor descripción para lo acontecido en Brasil, pues se registraron fotos de una cabeza por completo desprendida y al costado de su cuerpo nadando en sangre... Desde hace más de un mes una joven mujer fue acuchillada y luego decapitada por su esposo, y éste se excusó ¨sin huevos¨con la policía argumentando que lo hizo porque encontró fotos íntimas muy explícitas de su pareja con otro en el WhatsApp. Es decir, no fue capaz de aguantar un engaño pero, ¿si fue capaz de cometer tal repudiable acto?.

Hecho noticioso que en nuestro país se reporta como pan de cada día, pero que aun así nunca deja de sorprendernos hasta qué grado de crueldad es posible llegar en el mundo entero.

Siendo así, no sorprende que Brasil en el 2012 batiera récord y sea el ¨rey¨ de Latinoamérica en índices de homicidios (con 56.337 personas -un promedio de 154 por día), según el Sistema de Informaciones de Mortalidad (SIM) del Ministerio de Salud brasileña, y siguiera incrementándose con mayor fuerza en el 2013. En contraste con el Perú, pues según el último reporte del INEI, se registra un de 6,6 % anual de homicidios por cada 100 mil habitantes. Somos el sexto país con menor Tasa de Homicidios en América, aunque ni se sienta ... -.-

Lo que revela sin filtro que en muchas partes del mundo, al igual o peor aún que en el Perú, queda ver como nuestra degradada humanidad va ¨perdiendo la cabeza¨ literalmente y jugando el papel de un asesino (a) en serie (al más fiel estilo del más espeluznante filme) acaba con la vida de otro a sangre fría, sin una gota de compasión, y justificando que tal acto ocurrido se debió a motivos personales, de apasionamiento, sentimentales, entre otros. Lo cual es inadmisible.

Deja claro que la sociedad está ¨desahuciada¨ o gravemente enferma, y urge acudir de inmediato a un especialista. Así como, de estar muy alertas al relacionarnos, pues ciertos comportamientos violentos o psicopáticos se pueden detectar a tiempo, y evitar que tú seas el o la próxima decapitada en manos de un homicida.